Esta es una vista desde mi pueblo. Ahora mismo el fuego debe de estar donde se encuentran las casas ( las Ventas de Bejís) o ya en mi querido Bejís. Hace varias entradas os puse imágenes de este fantástico lugar que ahora mismo se estará quemando (aunque cruzo los dedos, rezo y pido a quien sea que pare el fuego y se salve) 

El Gobierno ha recortado 87 millones de euros en prevención de incendios. Se prevén 3000 incendios más este verano. Y ha tocado aquí. En mi paraíso. Mi pueblo es mi vida. LLevo 20 años yendo cada verano, cumpliendo mis años en ese lugar. Ese lugar que debe de estar desapareciendo bajo las llamas. Por culpa de cuatro ineptos que piensan que la naturaleza, esa que nos hace respirar, no sirve para nada.

Y lo peor es que mañana estará todo el mundo viendo la final del partido y mientras nuestro mundo está desapareciendo sin que nos demos cuenta.

Mi deseo, toda mi energía, todos mis pensamientos van ahora allí. Deseo que esta noche quede controlado y apagado. Que mi paraíso se queme lo menos posible. Que algo sobreviva. No aguanto esto, y no podría aguantar ver mi vida, mis recuerdos, la montaña desde la habitación de la residencia quemada. No puedo.

Y ya que ahora mismo no puedo hacer nada y la impotencia que tengo es inmensa, moveré cielo y tierra con los scouts, para limpiar y repoblar el Alto Palancia. Porque me niego a quedarme con los brazos cruzados. Cuando todo esto acabe, moveré todo lo que haga falta. Lo prometo, por Bejís, mi pueblo, mi vida.

Y para esos insensibles, os dejo fotos de ese lugar y todo lo que vale. Y pensar que no lo volveré a ver así en tantos años…

Cuando estaba en 2º de Bachiller hice un intercambio con jóvenes de Noruega. Primero vinieron ellos y luego en Abril fumos nosotros. Nos pilló todo aquello del volcán, tuvimos que volver en bus y bueno, fue una gran aventura. En una de las excursiones nos llevaron al museo del premio Nóbel de la Paz. Un poco de historia del premio, de los personajes galardonados, pero sobretodo un poco de reflexión sobre nuestro mundo.

En una de las partes del museo, había unas pantallas sobre como involucrarse con la paz. Me gustó tanto que fui marcando una por una para hacerles una foto y no olvidarme de ello. Creo que es algo interesante así que os voy a dejar algunas de las imágenes y la traducción por si acaso alguien no va muy allá en Inglés.

 (Cómo involucrarme: se libre, adopta una postura, sé valiente, vive y deja vivir, comunicate, respeta a los demás, actúa, se feliz, se paciente, no pierdas la fe).
(Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia)
 (A menudo es más difícil cambiar la opinión de uno mismo que mantenerla)
(La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo)
 (La felicidad no es algo ya hecho, viene de tus propios actos)
(Debemos aceptar la dececpión finita, pero nunca perder la infinita esperanza)
(No esperes a los líderes, hazlo tú solo, persona por persona)
La verdad es que da que pensar…

Llegando a casa después de la ofrenda mi cabeza iba dando vueltas a muchos pensamientos. Me dolían los pies, la cintura estaba cansada de aguantar el peso de la falda, en total con los moños y todo llevaría más de 8 kilos encima. La movilidad limitada, el corpiño y la mantilla no me dejaban moverme mucho. Además una treintena o más de ganchos en el pelo, laca, el pelo dolorido por el peinado. No podía más.

Pero, ¿ y si hablamos de sensaciones?

El desfile por las calles de valencia, la música acompañando cada paso, el ambiente, el olor a
pólvora, la gente observando y haciéndonos fotografías como si fuéramos famosas, los focos iluminando cada parte de tu cuerpo, el maravilloso vestido que se balancea mientras sigues el paquito el chocolatero. Giras la esquina, se acerca el momento de entrar en la plaza de la Virgen. Ahí hasta al más ateo se le ponen los pelos de punta. Entras, la luz te inunda, los ojos de la mare de déu que te observa, piensas, pides, das gracias por ese momento, un beso al ramo y lo entregas. Es una sensación que hay que vivirla para saber de qué estoy hablando.

Y llegados el día 20, el cansancio que llevas encima es indescriptible, pero por suerte no es por hacer proyectos, o quedarse estudiando mco varias noches, no, es un cansancio por el que casi hasta das las gracias, por estos días, por desconectar, por haber vivido 5 días al máximo. Una gran sensación.

Fallas 2012. 

Con la vuelta de las vacaciones vuelve la actividad al blog.

Encontré de alguna forma una página en la que se dan a conocer las 100 mejores obras de arte urbano a lo largo del 2011. Aunque en realidad hay 103. Graffiti, legos, o cambiar alguna tontería de  lo más cotidiano. Da igual, el objetivo es crear arte. Pero en mi opinión el arte urbano tiene un gran componente de crítica. A la sociedad, a lo serio, a lo gris, a lo que hacemos con el mundo.

El arte urbano le da un toque al lugar en el que está que no tiene descripción. Ir paseando y ver alguna de estas imágenes en realidad a mí me sacaría una sonrisa en estos días. Porque con simples detalles, quizás no se pueda cambiar el mundo, pero sí el mundo de alguna persona.

Os dejo algunas fotografías y el link a la web, para que veáis el resto de obras, ya que todas merecen la pena. [http://entretenimiento.terra.com.mx/cultura/las-100-mejores-obras-de-arte-urbano-de-2011,8bccdf8906094310VgnVCM4000009bf154d0RCRD.html]

En el edificio del rectorado inauguraron el pasado 16 de Diciembre la exposición «Alrededor del papel». Doce jóvenes artistas valencianos de prestigio representan sus visiones sobre la influencia del papel en el panorama artístico valenciano actual . La exposición ha sido llevada a cabo la plataforma RoomArt, un proyecto de investigación, estudio y apoyo a las producciones artísticas emergentes impulsado por la empresa  Romeu y el apoyo del instituto de Creatividad e innovaciones educativas de la Universidad de Valencia. Esta unión es las expresión de las relaciones entre la universidad y la sociedad para promover el arte y la cultura.

Técnicas que van desde la fotografía, lápiz, collage, óleo… Cada artista tiene una parte de la sala y presenta 2 o 3 obras, que tienen que ver con un mes del año. De echo el folleto sobre la exposición es de tamaño considerable ya que al desplegarlo hay un calendario con una imagen por mes de estos artistas.

La exposición se complementa con una serie de reflexiones y valoraciones estéticas de críticos, las cuales tienen algunas un componente poético y reflejan con palabras el sentimiento del arte.

He de decir un punto malo y es que para saber el título de la obra (y bajo ponía la técnica y autor), tenías que irte lejos de los cuadros, estaba muy separado y no sabías bien qué título estaba unido a que obra. Creo que deberían haberlo puesto un poco más cerca y más claro, ya que lo de los meses me enteré por mirar el folleto, no por que lo viera dentro de la exposición. También creo que la sala es demasiado grande, y a pesar de ser muchos artistas, hay mucha parte en blanco. (Y otro punto, este algo gracioso, el guarda podría dar mejor información y no estar jugando en el ordenador como estaba haciendo).

Obras curiosas, como una que representa fotografías en óleo, pero con un toque de, en mi opinión, tenebrismo. Otras con un simple lápiz que recrean una calavera perfecta. Hay de todo.

Se me olvidó la cámara, por eso solo tengo unas fotos que hice con el móvil, así que is pongo en link de la página web del politécnico donde hay un vídeo explicativo y se pueden observar mejor otras obras.  http://www.upv.es/noticias-upv/noticia-4983-room-art-es.html

El 16 de Octubre de 2011, aprovechando que pasaba unos días en Cuenca, visité la Fundación Antonio Pérez y el Museo de Arte Abstracto, lugares que me encantan y a los que intento acudir siempre que puedo, como ya he comentado en otras ocasiones. En primer lugar fui a la Fundación, comentada anteriormente, y más tarde al Museo de Arte Abstracto.

El Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, está situado en las Casas Colgadas, edificio medieval construido a finales del siglo XV sobre la Hoz del Huécar que es un icono de esta ciudad. Por este motivo es un conjunto totalmente artístico, pues engloba obras de Arte, una Arquitectura tan especial como la de las Casas Colgadas, y un paisaje que envuelve de la mejor forma esta riqueza cultural.

Este museo fue abierto en 1966, fundado por Fernando Zóbel, quien donó su colección a la Fundación. Desde entonces incrementó, albergando de forma permanente una colección de pinturas y esculturas de artistas españoles de la generación abstracta de los años 50 y 60. Son artistas como Chillida, Millares, Palazuelo, Saura, Torner o Zóbel, que configuraron muchas tendencias abstractas significativas en el Arte en España a mediados del siglo XX. Pero, además de estas exposiciones permanentes, cuenta con espacios para exposiciones temporales de artistas contemporáneos y tendencias de la modernidad.

Nada más entrar, tras subir unas escaleras, encontramos la primera sala, abierta a la recepción, a modo de escenario. En ella se exponen temporalmente esculturas sobre un bloque de mármol, y dan comienzo a un paseo alrededor de obras fantásticas que no dejan indiferente.

(Fotografías: Esculturas de Palazuelo (6 de Octubre de 2011) y Chillida (2009). Lucía López Hidalgo)
Empezamos a recorrer así pasillos y salas en las que predomina el color blanco, la luz, y la sencillez en la composición. Espacios que se encuentran en armonía con la fachada, a pesar de los estilos artísticos tan diferentes. La prueba de ello es una sala, por la que siento un especial interés. Se trata de un espacio tranquilo, apacible, que pide detener el paso y el tiempo, observar, y disfrutar. Es más, me atrevería a decir que las obras de Arte que puede que se lleven casi todo el protagonismo en este lugar son el paisaje, y los balcones de la fachada que se pueden observar tras la enorme cristalera. A un lado, un banco, que permite elegir en qué dirección decides mirar…
(Fotografía: Sala para silenciar. Lucía López Hidalgo. 6 de Octubre de 2011)

Continuamos el camino para disfrutar de una sala que para mí, roza la perfección. Es un lugar para aislarse, sentir o sentirse y dejar fluir sensaciones. Es pacífico, tranquilo y sencillo en apariencia. Uno de los motivos por los que me fascina esta sala es por la introducción del paisaje que se ve por las ventanas como una serie de cuadros integrados en esa pared tan pura. Al igual que ocurre en la Fundación Antonio Pérez, los vanos, la Naturaleza, adquieren una importancia del mismo nivel que el de las obras de Arte.

Además, es agradable descubrir que este espacio despierta sensaciones en todo espectador que entre en él. Sobre todo, y curiosamente, suelen disfrutar los niños, pues encuentran aquí un lugar cómodo, tranquilo, con esculturas que despiertan su curiosidad.

(Fotografías: Sala para pensar. Fotografías de la izquierda tomadas el 6 de Octubre de 2011. Fotografía de la derecha del 2009. Lucía López Hidalgo)

A continuación, una sala también interesante, pero de aspecto más acogedor, humilde y sencillo es en la que comparten protagonismo principalmente Antonio Saura y Fernando Zóbel. Se trata de un espacio más cálido, más recogido, que nos pinta un interior en blanco y negro por el color predominante de las obras. Básicamente es un gran espacio que se divide a su vez en otros más pequeños dedicados con breves obras a diferentes artistas. En el centro, Brigitte Bardot de Antonio Saura, acaparando todas las miradas…

(Fotografías: Sala para Brigitte Bardot. Lucía López Hidalgo. 6 de Octubre de 2011)

De todos los artistas que participan en el Museo, destacar especialmente a Antonio Saura y Fernando Zóbel, pues son dos artistas que siempre han despertado una especial curiosidad sobre su obra y su vida. En el caso de Antonio Saura, decir que me parece más inquietante la sala dedicada a su obra en la Fundación Antonio Pérez, aunque sus cuadros son agradecido también en el Museo de Arte Abstracto. Sin embargo, su esencia está más presenta en la Fundació, su sala es un mundo, su mundo.

Respecto a Zóbel, en primer lugar destacar su técnica, suave, delicada y elegante. Esta técnica es similar a la de Torner, aprendida en la misma Escuela. Sin embargo, el carácter de Torner tan geométrico hace despertar menos sensaciones en mí.

(Fotografías: Primera, Zóbel. Segunda, Torner. Lucía López Hidalgo. 6 de Octubre de 2011)

Por otra parte, de Zóbel, destacar su trabajo tan detallista y cuidado. Sus estudios de la luz, los colores, son verdaderamente increíbles. Es probablemente por este carácter por lo que es uno de mis pintores favoritos. Su actitud tan cuidada es sin lugar a dudas admirable, y es por eso que es un auténtico placer poder ver sus cuadernos de notas. Es increíble cómo unas «simples» anotaciones pueden ser Arte. Su estilo artístico habla por sí solo, el Arte Abstracto Lírico.

(Fotografías: Cuadernos de notas de Zóbel. Lucía López Hidalgo. 6 de Octubre de 2011)

Por ello, queda sólo agradecer a mi padre que sepa comprender y compartir mi admiración por la pintura de Zóbel, y que me regalara un cuaderno de facsímiles de sus dibujos y apuntes (Viajar, dibujar, pintar). Y por supuesto, envidiar que pudiera conocer al pintor cuando era pequeño,  recordando y reviviendo anécdotas y palabras suyas.

El 16 de Octubre de 2011, aprovechando que pasaba unos días en Cuenca, visité la Fundación Antonio Pérez y el Museo de Arte Abstracto, lugares que me encantan y a los que intento acudir siempre que puedo, como ya he comentado en otras ocasiones.

En primer lugar fui con mi padre a la Fundación Antonio Pérez, lugar que recoge la esencia de la vida de Antonio Pérez. Él es un coleccionista de Arte, de historias, experiencias y amistades, fundamentalmente basadas en el Arte y la Literatura. Pero a su vez es un artista, no menos importante que los de las obras que este museo recoge. Sobre todo, es un personaje interesante para indagar en él, conocerlo y disfrutar de su cultura, su experiencia, su integridad.

La Fundación está situada en la Ronda de Julián Romero, cerca de la Catedral de Cuenca y las Casas Colgadas, lo que la coloca en un entorno histórico, cultural y artístico enriquecedor. El edificio es un antiguo Convento de las Carmelitas Descalzas (siglo XVII) que fue más tarde rehabilitado y acondicionado.

El contenido se resume en colecciones de obras de artistas con los que Antonio Pérez ha compartido amistad, trabajo y/o complicidad. Además, encontramos una serie de elementos repartidos por el interior del edificio que se tratan de objetos que ha encontrado por la calle y que ha considerado interesantes, de los que ha hecho un Arte.

(Fotografía: Fundación Antonio Pérez. Lucía López Hidalgo. 6 de Octubre 2011)

Nada más entrar encontramos una primera sala en la que aparece un breve texto que describe el contenido del Museo, junto con una serie de obras de artistas que participan en la Fundación. Antonio Pérez deja escrito en un panel en la pared «En mi primer viaje a Cuenca (1957) conocí a Manolo Millares y Antonio Saura, con ellos empezó esta colección. Más tarde en París tuve ocasión de vivir la amistad y el trabajo con diversos pintores. Cuarenta años más tarde la colección vuelve a su lugar de origen». Y así, con esta agradable sensación por descubrir, empieza un paseo muy especial por una serie de salas e historias que cada día enseñan algo nuevo.

Sus exposiciones pueden resumirse en la exposición permanente correspondiente a la colección de Antonio Pérez y exposiciones temporales que se sitúan en una sala con aspecto de túnel rocoso, y en la antigua iglesia del Convento. Sin lugar a dudas, un elemento más de las exposiciones, es la propia Arquitectura. Las salas se reparten en diversas alturas, unidas por escaleras, recibidores y pasillos, y se entrecruzan, creando un espacio totalmente laberíntico. Esto lo hace, a mi parecer, más interesante, pues despierta ese interés por investigar, buscar, y encontrar espacios y obras que te hacen sentir que sólo tú has podido llegar a ellos.

(Fotografías: Objetos de la calle. Lucía López Hidalgo. 6 de Octubre 2011)

Tras una primera sala introductoria, encontramos varias salas en las que podemos ver esos objetos recogidos de la calle, que transforma en objetos artísticos únicos y personales. Entre ellos quiero destacar estos tres, por diferentes motivos. La chapa, en la que aparecen las frases «Dios ha muerto. Marx ha muerto. Y yo estoy mu malito» siempre me ha gustado, supongo que en gran parte porque me recuerda al humor irónico y cercano de un gran amigo de mi familia. La segunda fotografía muestra el tipo de retrato que realiza Antonio Pérez que se ha convertido en un símbolo. Se trata de la transformación de una lata en la representación de una figura, fruto de la imaginación de este artista. Por último, el bote de cristal que contiene semillas de cardo, que pueden ser conocidas como «molinillo» o «abuelo». Cada vez que lo veo me transmite sensaciones, pensamientos, ideas… Recuerdo cuando de pequeña los cogía, pensaba en un deseo, y los soplaba, deseando que se fueran muy lejos para poder cumplirse. Por ello, ver ese bote es como ver los sueños que ha tenido una persona, que los guarda (pues espero que no estén encerrados), y que los puede recordar con tan solo mirarlos.

(Fotografía: Antonio Pérez. Lucía López Hidalgo. 6 de Octubre de 2011)

Esta fotografía, que se encuentra en el Museo en la Sala de la chimenea, la he querido destacar porque me resulta especialmente original y personal. Se trata de una foto en la que aparece retratado Antonio Saura. Sobre la fotografía, en su rostro, una lata, que no sólo sirve como firma de Antonio, sino que me resulta un modo de o bien ser retratados todos (podría ser cualquiera), o bien de retratarse únicamente a él, uniendo los retratos que él realiza con latas al retrato que le realizan a él, siendo así su creación totalmente individualizada, un signo de identidad.

(Fotografía: Fundación Antonio Pérez. Lucía López Hidalgo. 6 de Octubre de 2011)

A continuación encontramos ese conjunto irregular y aleatorio de salas que recogen obras de diversos artistas como Chillida, Millares, Palazuelo, Saura, Torner o Zóbel. Algunas de estas salas son Sala Manolo Millares, Sala Lucebert, Sala Nuevas Geometrías o Sala Antojos. Estos espacios consiguen envolvernos en Arte en estado puro, en expresiones de todo tipo, arquitectónicas, pictóricas, escultóricas… Además, de forma muy especial, el edificio integra el exterior (el paisaje conquense) en el interior. Lo hace a través de las ventanas, que se colocan entre las obras de Arte, siendo así un elemento más en esta composición. Las ventanas se convierten en marcos, cuyos cuadros son paisajes dinámicos, que cambian dependiendo de la posición del espectador. Éstas además ayudan a comprender al público el objeto de inspiración que era, para muchos de los artistas que allí exponen, Cuenca.

(Fotografías: Paisajes desde el interior de la Fundación. Lucía López Hidalgo. 6 de Octubre de 2011)

Dentro de las salas de exposición permanente, siento especial interés por la que está dedicada íntegramente a Antonio Saura, pintor que vivió durante muchos años en la Calle de San Pedro, en Cuenca, y para quien trabajaron algunos años mi abuela y bisabuela. Pintor personal, con carácter, y en cierto modo provocador, pero sobre todo coherente.

(Fotografías: Sala de Antonio Saura. Lucía López Hidalgo. 6 de Octubre de 2011)

Por último, encontramos las salas correspondientes a las exposiciones temporales. Además de su funcionalidad, su Arquitectura también es diferente. En la primera sala, el espacio se asemeja a una cueva, una pequeña gruta, lo que da una sensación acogedora. La segunda, todo lo contrario. Se trata de una sala amplia, de techo alto, pues era la antigua iglesia del Convento.

(Fotografías: Salas de exposiciones temporales. Lucía López Hidalgo. 6 de Octubre de 2011)

Finalmente, quiero terminar con una fotografía que tomé en esta visita, que podría considerarse un triple retrato. En ella aparecemos Antonio Saura en una fotografía expuesta en el Museo, y mi padre y yo en el reflejo del cristal. Se trata de un breve resumen de lo que fue esa mañana…

…Un recuerdo para inmortalizar

(Fotografía: Domingo con Antonio Pérez. Lucía López Hidalgo. 6 de Octubre de 2011)

El otro día visité una exposición (también en el IVAM) que me resultó muy interesante. Es sobre el trabajo de Robert Morris, sobre la forma en que éste se expresa, a través del dibujo.

Robert Morris es un artista estadounidense encuadrado en la tradición del arte conceptual. Explora las múltiples relaciones existentes entre la obra, el artista, el público y el espacio circundante, con una especial atención al proceso mismo de creación de la obra, en el que tanto el espacio como los materiales empleados se transfiguran poéticamente. En la expresión artística recurre a la utilización de formas simples, por lo que cabe considerarlo como uno de los precursores del arte minimalista. Inicia su trayectoria en la pintura pero se traslada después al terreno de la performance, la escultura de objetos, los Earthworks (Land Art) y las instalaciones. Estuvo muy influenciado por Jackson Pollock.

Esta exposición define los dibujos de Morris como un conjunto autónomo de obras, un medio de expresión a la vez que un modo de estudiar detenidamente problemas personales y filosóficos en una especie de auto-investigación. La exposición se divide en secciones según los diferentes trabajos que ha llevado a cabo.

Land Art. Morris tiene una serie de Laberintos que considera esculturas por las que se puede caminar.

 

Earthworks. Robert Morris fue, junto con Robert Smithson, uno de los primeros artistas que utilizó la tierra como material para hacer obras específicas para una ubicación.

Rubbings (Frotamientos). Trabaja con impresiones de objetos de su estudio y, más tarde, con impresiones de su propio cuerpo.

 

Los desastres de la guerra. Basadas en Los desastres de la guerra de Goya.

Blind Time (Tiempo de ceguera). Estas obras la realiza con los ojos vendados. Una serie posterior (Grief), inspirada en los informes de tortura de Guantánamo, ilustra el intento del artista por acercarse al dolor de los prisioneros.

En cuanto al discurso expositivo, he de decir que no me agrada en absoluto que una de las paredes de la exposición sea roja. Bajo mi punto de vista, esto le quita «impacto» a la obra, a los dibujos, ya que la mirada queda embebida de este color, demasiado intenso para mi gusto. El resto de las paredes son blancas y lisas, lo que está bien. El suelo es de madera, lo que le da a la sala un aire acogedor, si bien un poco incómodo por el sonido que producen las pisadas de los visitantes. La luz es cálida, de un ligero tono amarillo, y enfoca directamente a las obras. Y, aunque no me encanta la manera en la que han enfocado la exposición (hay también muchas esquinas y recovecos), he de decir que no está descuidada.

En conclusión, decir que me ha parecido muy interesante ver cómo a través de los dibujos de una persona, puedes llegar a conocer una pequeña parte de ella. Y cómo son éstos capaces de expresar con tanta intensidad y claridad.