Miradas anónimas

(Fotografía: Trío de miradas. Lucía López Hidalgo. 13 de Mayo 2011. Barcelona.)

El 13 de Mayo de 2011 visité por primera vez Barcelona, viaje que llevaba esperando durante años. Siempre he sentido atracción por esta ciudad, a la que considero una de las más interesantes de España, cultural, artística y arquitectónicamente. De hecho, me atrevo a decir que me resulta una ciudad incluso más enriquecedora que la propia capital, Madrid.

En mi opinión, el hecho de que sea una fuente de cultura se debe a su carácter cosmopolita, al igual que en Madrid. Sin embargo, creo que el Arte está más presente en Barcelona, y es esto lo que hace que admire tanto esta ciudad.

Aunque podría haber elegido como vista urbana fotos de edificios impresionantes como son la Torre Agbar de Jean Nouvel, o cualquier obra de Gaudí, así como una vista panorámica de la propia ciudad o incluso una imagen de La Rambla, he decidido escoger unas imágenes que para mí son mucho más expresivas. Son miradas anónimas en las calles de Barcelona.

(Fotografía: Cosiendo historias. Lucía López Hidalgo. 13 de Mayo 2011. Barcelona, frente al Mercado de Santa Catalina.)

La primera foto se debe a mi apego por los músicos o artistas que comparten su Arte en la calle, que no son todos, pero en este caso se trataba de un grupo que sí tenía conocimientos sobre Música, o al menos sabían transmitirla. La segunda foto, sin embargo, la tomé porque me parecen enriquecedoras las historias y experiencias que pueden transmitir las personas mayores.

Otro motivo de esta elección es mi interés por pararme a observar, detalles que, por norma general, pasan desapercibidos y que transmiten sensaciones. Y, ¿acaso no hay mayor fuente de ideas y emociones que las que podemos emitir nosotros mismos? Admiro la individualidad de cada persona, y desde siempre he sentido interés por observar los gestos, las miradas, e intentar comprender lo que puedan estar pensando, sintiendo, o incluso imaginar cómo pueden ser sus vidas.

A lo largo de un día nos cruzamos con cientos de vidas, millones de historias curiosas, de anécdotas emocionantes, biografías preciosas que serán olvidadas… Me fascina dedicar unos segundos a la gente y tener la curiosa sensación de que, sólo viendo sus expresiones, les conozco un poco más, les entiendo, incluso puedo intuir cuál es su carácter o su forma de vida.

A veces, la impresión más pura es la que causamos a un desconocido, pues la gente que nos conoce demasiado se ve excesivamente influida por los prejuicios y el pasado que ya conoce…

13 comentarios
  1. Elia (loquepienso) dijo:

    Qué fotografías más, cómo decirlo? transmiten tantísimo! Me gustan mucho de verdad. Las mejores imágenes son aquellas que captan un instante irrepetible, natural, fresco, que transmita vida, donde incluso sus protagonistas no sepan que son los artífices de fotografías tan bellas como éstas.
    Lucía, parece que solo tú y yo hemos encontrado la inspiración hoy, aunque tú siempre sepas como transmitir todo lo que quieres (o al menos esa es la sensación que me trasmites).
    Hacía tiempo que no me pasaba a comentar por vuestro blog!
    Un beso.

    • ¡Muchas gracias Elia! 😀

      La verdad es que tienes razón, en mi opinión también transmite más la naturalidad y la espontaneidad en una fotografía. Creo que dice más sobre las personas retratadas…

      Un beso!

  2. laberintica dijo:

    Cuando me enseñaste las imágenes ya hace tiempo me quede fascinada, pero lo que más me ha gustado hoy (supongo que por las circunstancias actuales de mi vida) es la última parte y en especial el final «A veces, la impresión más pura es la que causamos a un desconocido, pues la gente que nos conoce demasiado se ve excesivamente influida por los prejuicios y el pasado que ya conoce…»
    Me gusta cuando voy en el bus ver a las personas e imaginarme sus vidas, si tendrán prisa, su mirada, que expresan… y respecto lo otro, estoy tan de acuerdo, lo he sentido así que sé de lo que hablas, las personas cambiamos, y quien nos conoce puede aferrarse a ese pasado, sin ver quiénes somos ahora, en el hoy. Y luego alguien que apenas te conoce es capaz de decirte esa palabra que necesitabas, o un gesto que aprecie quien eres ahora.
    Muy buena entrada Lucía 🙂

    • ¡Muchas gracias, Ana!

      Al escribir la última frase, me he acordado de ti, por una conversación que tuvimos… 😀 No sé si la recordarás…

      • laberintica dijo:

        ahora que lo dices sí, me ha venido a la memoria 🙂

  3. jf2l dijo:

    Nos estás «malacostumbrando» buenas entradas y buena fotografías….. ^^

    • Muchas gracias… 😀

      ¡No te imaginas lo importante que es para mí que sigas mis entradas, y que además te gusten!

  4. Dree dijo:

    Una grandisima entrada! sobretodo una buenísima reflexión la segunda parte del texto, donde creo que se plantea algo que todos nosotros alguna vez nos hemos parado a pensar,… que hay detrás de cada una de las vidas de las personas con las que nos cruzamos cada día, ¿cuales son sus historias? ¿Porque están tan contentos, o tan tristes? esa persona que tienes sentada al lado en el autobús derrochando felicidad o mostrando alguna preocupación.
    Cada día se pierden miles de historias interesantes a nuestro alrededor, por eso es bueno ver fotos de este tipo, que nos muestran el rostro de estas personas y sus estados de ánimo, porque aunque la fotografía capture una imagen estática, este tipo de fotografía posee mucho dinamismo, no por lo que se refleja, sino por las historias que se esconden.

    • ¡Gracias Adrián! 😀

      Tu comentario me ha recordado un momento que me encanta… Cuando ves a alguien que va sólo y no puede evitar sonreír…
      Inconscientemente te transmite esa «felicidad». Y te recuerda motivos por los que otros días eras tú el que sonreías y pensabas «Que no me vea nadie…»

  5. libret dijo:

    Un cruce de caminos y te quedas una imagen de recuerdo, de recuerdo de ese único segundo que no se volverá a repetir; ni en tu camino, ni en el suyo.
    Me gusta mucho…

  6. Peggyisthequeen dijo:

    Tengo un amigo que dice que le admira mi habilidad para hablar con gente desconocida: esa con la que tropiezas en un semáforo, en la cola del mercado, junto a tu asiento en el autobús. Me encanta. Lo cierto es que guardo un maravilloso recuerdo de algunos de esos encuentros. Todavía me acuerdo de un tipo que conocí en las urgencias de un hospital o un taxista que me llevó una mañana. Sé que no volveré a encontrarme con ellos jamás. Lo hermoso, efectivamente, de esos encuentros es su brevedad… y cómo consiguen grabarse en tu memoria. ¡Qué preciosas fotografías! Te envidio los títulos, que lo sepas. Y sí, soy de las que se inventa mil historias con las personas que observa a su alrededor.

    • A menudo esas historias son de las más enriquecedoras y profundas que guardamos. Son moralejas, consejos de forma de vivir, que nos influyen y cambian nuestras vidas más de lo que podamos imaginar… Es bonito recordarles y tenerles cariño aun sabiendo que son «desconocidos».

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